El estrés es una respuesta física y mental del organismo ante situaciones que percibimos como desafiantes, demandantes o amenazantes. Es una reacción normal y natural que nos permite hacer frente a situaciones difíciles o peligrosas, ya que activa una serie de cambios en el cuerpo y la mente para prepararnos para la acción. Cuando nos enfrentamos a una situación estresante, ya sea real o percibida, el cuerpo libera hormonas del estrés, como el cortisol y la adrenalina, que desencadenan una serie de respuestas fisiológicas.
El manejo del estrés desde la terapia cognitivo-conductual abarca diversas técnicas destinadas a ayudar a los pacientes a desarrollar una serie de habilidades y herramientas que les permitan lidiar con el estrés de manera efectiva tanto en el ámbito personal como en el profesional. Conocer los desencadenantes y reacciones al estrés nos ayuda a identificar patrones de pensamiento ligados al mismo, por ende a la toma de medidas para contrarrestar sus síntomas.
Comprender cómo el estrés afecta a nuestro cuerpo, mente y emociones es el primer paso en el manejo del estrés. Esto implica analizar las situaciones, eventos y sus desencadenantes.
Esto se logra a través de enfoques como la terapia cognitivo-conductual, donde se desafían las creencias irracionales y se reemplazan por pensamientos más realistas y positivos.
Adoptar hábitos de vida saludables, como una alimentación equilibrada, actividad física, que puedan ayudar a reducir la vulnerabilidad al estrés y aumentar la capacidad de manejo del mismo.
Esto implica aprender a reconocer y atender las propias necesidades del individuo, establecimiento de límites adecuados, resolución de problemas y comunicación asertiva.
Cabe mencionar que los enfoques terapéuticos pueden variar dependiendo de las necesidades específicas de cada individuo
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